Envac: “La recogida neumática de residuos es la única tecnología preparada para adaptarse a los requerimientos de la nueva ley que deberán aplicar los ayuntamientos a partir del 2025”

Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, obliga a todos los ayuntamientos a establecer una tasa que repercuta al ciudadano el coste real de las operaciones de recogida, transporte y tratamiento de los residuos.

Con el modelo tradicional de recogida de residuos, basado en contenedores y camiones es imposible diseñar un modelo basado en el coste por uso, que sería lo más razonable para cumplir con el mandato de la ley”, asegura el presidente de Envac Iberia.

Madrid, 6 de junio.- Envac asegura que la recogida neumática de residuos es el único modelo que está en disposición actualmente de repercutir a cada vecino el coste real por el uso específico que haga del servicio, lo que le permite adaptarse a los requerimientos que, a partir de abril de 2025, impone la Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

Se trata de una norma que transpone varias directivas europeas clave para la gestión de residuos y la promoción de la economía circular, entre ellas la Directiva (UE) 2018/851 sobre residuos, la Directiva (UE) 2018/850 sobre vertido de residuos, la Directiva (UE) 2018/852 sobre envases y residuos de envases, y la Directiva (UE) 2018/849 sobre la gestión de determinados flujos de residuos.

La norma establece la obligación, para todos los ayuntamientos, sea cual sea su tamaño, de implantar antes del 2025 un nuevo tributo para sufragar los gastos derivados de la gestión de residuos. La nueva regulación, según se recoge en su artículo 11, aplica el principio de “quien contamina paga” y establece el marco para los costes relativos a la gestión de residuos: “las entidades locales establecerán, en el plazo de tres años a contar desde la entrada en vigor de esta ley, una tasa o, en su caso, una prestación patrimonial de carácter público no tributaria, específica, diferenciada y no deficitaria, que permita implantar sistemas de pago por generación y que refleje el coste real, directo o indirecto, de las operaciones de recogida, transporte y tratamiento de los residuos”.

La imposición de un coste lineal a situaciones que son desiguales

Según declara el presidente de Envac Iberia, Carlos Bernad, una cuestión que va a poner de relieve esta norma es la de repercutir a cada ciudadano el coste real del servicio de recogida y tratamiento de residuos, lo que implicará, además de un incremento de las tasas, un trato discriminatorio derivado de la repercusión de un coste lineal a situaciones que son desiguales: es decir, no todos los vecinos generan el mismo volumen de residuos y, por tanto, no deberían pagar lo mismo”.

“El problema reside en que, con el modelo tradicional de recogida de residuos, basado en contenedores en las calles y camiones que realizan las rutas de transporte, es muy difícil, si no imposible, diseñar un modelo basado en el coste por uso, que sería lo más razonable para cumplir con el mandato de la ley”, continúa.

El presidente de Envac Iberia explica que sobre la base de los actuales sistemas de recogida neumática se están empezando a instalar módulos de inteligencia artificial que permite que las instalaciones se autogestionen en función de las necesidades y de una serie de parámetros relacionados con el comportamiento de los usuarios.

“Hoy en día tenemos también tecnología para medir o pesar la basura que el usuario ha introducido en la propia compuerta. Podemos incluso facturar por uso. En España no está aún desarrollada esta funcionalidad a nivel municipal, pero tecnológicamente es posible, hasta el punto de que estamos realizando las primeras pruebas piloto en España. Podemos incluso valorar las ratios de reciclado. Hay muchísima información que podemos utilizar y que podemos reportar a los ayuntamientos para una mejor gestión”, señala el responsable de Envac Iberia.

Experiencias en marcha en varias ciudades

Envac ya tiene en marcha en varias ciudades del mundo experiencias similares. Por ejemplo, en la ciudad de Bergen, en Noruega, el sistema establece un número de aperturas de las compuertas por cada usuario, de manera que, si se sobrepasa ese número, la factura que se le cobra es mayor. Asimismo, en Seul, la capital de Corea del Sur, se desarrolla el proyecto Guancheon, que permite pesar el residuo orgánico que cada usuario deposita en el sistema.

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